lunes, 24 de abril de 2017

Por un lado y por el otro

Cómo urdir de raigambre aquello que se avienta por el barranco, no entendía. ¿Cómo podría yo abrigar un abismo? Ese sábado entraba y salía de las tiendas como si comprar algo fuera a aplanar la duda, pasando kilos y kilos encima, kilos de algodón, recordándome siempre que nunca es suficiente… que nunca seré suficiente para tu vida. Sólo puedo leer, leer y leer… hasta que mis pestañas se quemen, leer tu alma hasta que mi interior se incendie. Por otro lado, nunca olvido ese olor a tierra lejana, esa textura de invierno, cuando te ofreces a ser mi paraguas... podrías detener cualquier lluvia, menos esta lluvia en mi interior, amor mío, esa que moja y drena las entrañas hasta terminar en un vaso, ese vaso de vino que nos tomamos antes de hacer el amor. Y aunque podamos ser, por un lado y por el otro, como una moneda disparada al azar, lo cierto es que me gusta comer de tu orilla, esa orilla que por un lado está dentro de mi boca y por el otro se deshace en la nada.

No hay comentarios: