sábado, 9 de julio de 2011

Idénticos e infinitos

Quizás el único enigma que recuerdo
nada parecía estar bajo el velo
hasta que olvidé tu rostro
y cuando te vi eras idéntico
idéntico a ti mismo
tus idénticos velos
todavía se mecian
y cuando quite cada hilo
vi tus idénticos ojos
alargados me alcanzaban
y me equivoque sin equivocarme
pregunté sin preguntarme
Y vi mi espalda húmeda de lluvia,
tus dulces doradas manos
y mis ojos rojos con sabor a Venus
Y eras idéntico,
idéntico a ti mismo
cuando yo mecí tus idénticos ojos
en nuestro infinito tiempo.
Te vi y me viste
y nos vimos infinitos
como el universo.

No hay comentarios: