domingo, 2 de mayo de 2010

La Luciérnaga Vividora y el Florista Ambulante










Ella era una gran vividora
Él un ambulante defensor acérrimo de su condición
A ella le cerraba un suspiro la boca
como rasgando el aire en las calles
como rasgando preguntas en cada estación
A él las flores le rozaban los dedos
"como si me fuera a quedar con alguna" decía
mientras caían dentro del vacío.
A ella los charcos le mojaban los pies
reflejo húmedo de luces
mientras él la observaba, observaba a su luciérnaga
dentro del charco él caía de a poco al agua
Ella le mojaba los ojos mientras él rozaba sus pétalos rosados
como preguntándole al viento si hacer caso
al paulatino instante en que su corazón quería explotar
y bajo el agua correr, porque se alcanzan
y son uno en un suspiro.
A ella no le hacen falta las mariposas por que él se las da,
y en un suspiro los dos se desvanecen.
Finalmente él vive, dentro de los charcos,
vive como ella vive.


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