viernes, 18 de marzo de 2011

El Vagón de un Maniquí

Quizás el aire no cruza la linea,
pero estremece.
Quizás se me escaparon las lineas,
pero no la vida
y el costo que ésta tiene
quizás es demasiado alto
para que mis hombros paguen
por el peso de su fuego.

Estoy cansada de sostener
un aire que no respiro,
un aire que no es mío
y ser dueña al unísono
de este desierto de estrellas muertas.

Quizás el goteo de los cuerpos
es lo que nos lleva a esto,
este andar de silente porvenir
y este semblante de sombra taciturna
donde quizás una figura lozana,
dueña de su soledad,
luego de evaporar su dulzura
cicatrice sus poros.

Por que somos de carne y hueso
con un vagón en el centro
que no sabe de paradas ni pasajeros,
que no sabe de donde ni cuando,
que no sabe si viajar por tierra
o emprender vuelo.
Porque quizás somos y estamos
sentimos y vamos,
Y quizás soy sólo un maniquí,
un maniquí de vainilla
esperando a su pasajero de antaño.